UN DIOS REUMÁTICO...
(Por Dante Gebel)
Recuerdo a mi pastor de la adolescencia, que era un misionero alemán muy íntegro y con una preparación académica extraordinaria. Su ministerio tenía la solidez de la experiencia pero algo extraño comenzó a suceder a medida que iba adentrándose en los años; de pronto comenzó a cerrar su mente a cualquier proyecto, idea o cualquier cosa que surgiera del resto del liderazgo, que por cierto eran todos mucho más jóvenes que el mismo.
Básicamente su problema no fue envejecer, sino el creer que Dios envejecía junto a el. Y entonces sus gustos personales pasaron a ser los de Dios; le encantaba usar frases del tipo: “Esto no le agrada a Dios”, “Aquello si le gusta a Dios”, y casualmente esos gustos eran los propios, porque no se refería en términos de doctrina o principios bíblicos, sino en materia de música, volumen del sonido, liturgia, instrumentos o formas de cantar.
“Los instrumentos santos que le agradan al Señor es el violín y el acordeón!”, predicó asombrosamente un domingo, con sus respectivos puntos homiléticos, desarrollo y conclusión. Casualmente eran los dos instrumentos que el mismo ejecutaba cuando era joven. Imagínate en que grado de perdición me encontraba yo, que por aquel entonces tocaba nada menos que la batería!
Supongo que como en sus últimos años el sufría mucho el reuma y la artritis, supuso que a Dios le pasaba lo mismo y que ambos merecían que esos jovencitos inmaduros dejen los instrumentos del demonio, abandonen la música moderna del infierno y se pongan a tocar unos bellos himnos tradicionales con violín, que “es la música que a Dios le agrada”. Obviamente no tardó en traer un sermón respecto a lo malévolo que era cambiar los himnos tradicionales del himnario por esos “coritos modernos sin sentido”.
Salvando las distancias y en algún punto, todos los líderes estamos en riesgo de cometer ese mismo error cuando cerramos nuestra mente a lo que Dios puede estar haciendo en otras culturas, en ocasiones con ministros mas jóvenes, con métodos diferentes a los nuestros y de formas que escapan a nuestro escaso conocimiento.
Por cierto, la mayoría de la gente que me ha criticado sin piedad y me ha tildado de anticristo nunca se ha tomado el trabajo de escuchar un sermón entero o de leer alguno de mis libros. “A mi no me agrada Dante y creo que es un apóstata porque vi que se burla del rapto”, o “No es un hombre de Dios porque me dijeron que cuenta chistes de suegras”; no podemos tener argumentos tan endebles a la hora de levantar un argumento contra alguien. Si van a criticar lo menos que se les exige es que investiguen, lean, escuchen, vean y recién luego saquen una conclusión.
Todo lo demás no solo es chismerío barato, sino ignorancia y desinformación; que a propósito de chistes, una vez me contaron que alguien preguntó:
- Manuel, dime una cosa, para ti que es lo peor: la ignorancia o la indiferencia?
- Pues no lo se, ni me importa!!!
[...]
Si Dios hubiese envejecido, todos envejeceríamos rápido! ya que estamos creados a Imagen y Semejanza de Dios. Dios también tiene mentalidad de joven y además comprende nuestros problemas. Un joven tiene derecho a actuar como joven, sin descuidar que Dios mide y ve lo que hacemos.
A muchos nos vendieron la imagen de que Dios es un viejo abuelito con pelo canoso, que grita mucho y que solo vive enojado! pero no! al contrario! Dios es alguien feliz y jovial y lo demuestra en la orden que le da a Moisés y Aarón que le dijeran a Faraón, celebrar fiesta en el desierto [<<Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.>> Éxodo 5:1 b]¿Como podría un abuelito cascarrabia mandar a hacer una fiesta en el desierto?
Decidámonos a no envejecer a Dios con nuestras quejas y molestias y mejor demostremole al mundo lo grandioso que podemos hacer en la adolescencia afianzados en su Presencia!
